jueves, 28 de octubre de 2010

Una visión increíble


Lo que voy a escribir o narrar ahora es tota mente mi apreciación del día que viví hoy. Aclaro, que no hace falta, pero lo aclaró, que yo no lo voté, (eso que tuve chances en el 2003, 2005 y 2007). Así y todo, para mis amigos y muchísima gente yo soy un Kirchnerista o mejor dicho, un K intentando darme algo mucho más despectivo. Será porque entendí a lo largo de estos años lo mucho que se ganó, lo mucho que se batalló y las peleas que estaban por venir. Todos tenemos nuestras diferencias, y yo entiendo que no era un gobierno perfecto y no lo es…pero me pregunto si alguno lo es o lo fue ??
Lo que viví en la plaza y alrededores fue algo enorme. Gente llorando, triste, desconsoladas. Qué alguien genere esto en la gente es algo increíble. Va más allá de todo. Y pienso y me preguntó, para desarrollar semejante acto de masividad en la gente, indudablemente bueno habrá hecho. Algo bueno habrá hecho. Una señora llorando desconsolada, describiendo lo mucho que lo amaba. El señor sintiendo orgullo de estar allí presente. Esto es algo que antes no pasaba, o en mi caso no me pasaba. Yo viví la época del 2001 sin involucrarme en lo político, si no todo lo contrario. Pero de apoco en las charlas con amigos, en la cena, se empezó a tocar más esos temas. Y eso valiosísimo. Para denostar, para criticar, para apoyar, para todo, es innegable que un cambio terrible sucedió. Se puede estar a favor, en contra pero no se puede negar lo innegable.
LA tapa de diarios como Clarín, aludiendo a frases como congoja, tristeza, multitud solo puede significar algo. O no es este “gran diario argentino” quién lo demonizo por tres largos años y ahora parece olvidarse todo. Entonces, quién tenía razón? No quiero entrar en confrontaciones porque no es el momento, ni ganas tengo. Tampoco ponerme en una posición altanera de tener la razón. Simplemente quiero rescatar el movimiento, la masividad, la vuelta a creer en algo. Eso es increíble. Volver a creer, volver a pensar, volver a proyectar, volver a tener esperanza. Eso nos devolvió. Y eso es lo que yo vi hoy. Por eso digo palabras como desolación, luto, tristeza, porque eran llantos de quién pierde un hijo. Por eso, sin entrar en argumentos, contraargumentos, prefiero quedarme con lo que viví y pase por hoy. Y así como yo, miles y miles de argentinos que sintieron lo mismo.

Por lo menos así lo veo yo.